RETROSPECTIVA

sábado, 9 de mayo de 2015

Imposible dejar transcurrir este día de profundo sentimiento sin pronunciar con inmensa emoción la más sonora de las palabras que contiene el diccionario:
¡MADRE!
Unos la nombran sonrientes y felices, porque están al lado de ese ser maravilloso e inigualable. Otros, enmudecemos mirando hacia las alturas con ojos taciturnos y llorosos, porque la madre se ha ido. Está al lado de Dios, protegiéndonos con su amor infinito ¿Cómo podría abandonarnos, si su vientre bendito fue nuestra primera cuna y sus hijos el más preciado fruto?

Las adres muertas siguen reinando en el altar de nuestro corazón. Ellas nos aguardan allá, en el celo, “Porque una madre no se cansa de esperar”


Medellín, 10 de mayo de 2015.
  Ramón A. Martínez.



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